El cáncer de próstata al igual que muchos otros tipos de cáncer son objeto de estudio incansable por un gran número de investigadores médicos en todo el mundo. Dentro de ese estudio se encuentra la investigación de las causas que lo originan, los posibles métodos de prevención, las maneras de detección y los tratamientos que correspondan según el estado de cada paciente.
Las causas exactas del cáncer de próstata se desconocen; sin embargo, la investigación de ciertas alteraciones genéticas que están relacionadas con el cáncer de próstata pueden ayudar a los médicos a conocer más sobre cómo se origina el mismo.
La investigación de estos cambios genéticos le podría permitir a los científicos detectar genes anómalos que estén relacionados con el cáncer de próstata por lo que ayudaría a detectar en los hombres aquellos que se encuentran en un mayor riesgo de padecer la enfermedad con sólo realizar pruebas genéticas que revelen la existencia de estos genes alterados.
El estudio de la genética podría facultar el establecimiento de fármacos que pueden atacar éstas anomalías.
El cáncer de próstata se revela de diferentes maneras en las personas, no todas las personas reaccionan de la misma forma ante el padecimiento de la enfermedad. Existen personas que presentan claros síntomas y otras no. Es por ello que es de vital importancia realizar pruebas de diagnóstico en períodos tempranos.
Actualmente la prueba que se realiza para revisar una posible presencia de cáncer de próstata es el valor del Antígeno Prostático Específico (de sus siglas en inglés PSA) en sangre; sin embargo, los resultados obtenidos han generado irregularidades en etapas tempranas. Existen casos de hombres que se han realizado esta prueba y los valores han salido por debajo del valor indicado y por ende se ha descartado la presencia de cáncer; sin embargo, se han realizado la prueba tiempo después y este valor se ha disparado respecto del anterior.
Por consenso general los médicos indican que la prueba del PSA para detectar la presencia de cáncer no es perfecta en etapas tempranas. En algunos casos esta prueba ignora la presencia de algunos cánceres. Es por ello que los investigadores están tratando de conseguir implementar una logística de aplicación de pruebas de tal manera de atacar este problema.
Dentro de las posibles soluciones que proponen los científicos se encuentran dos métodos viables, uno de ellos consiste en perfeccionar el test que determina el nivel total de PSA y el otro en desarrollar nuevos ensayos apoyados en otros modos de PSA u otros marcadores tumorales. La intención primordial de este último es que los resultados obtenidos ayuden a determinar de manera más certera si un hombre requiere la realización de una biopsia de la próstata o no en aquellos valores de PSA ligeramente elevado, o si por el contrario ha sido sometido previamente a una biopsia cuyo resultado fue negativo y quizás requiera de una segunda.
Normalmente los médicos que van a realizar tomas de muestra de la próstata para una biopsia realizan una ecografía transrectal (TRUS) con la finalidad de saber de donde tomar la muestra a evaluar; pero, esta ecografía podría pasar por alto ciertas áreas que poseen cáncer.
Es por ello la incansable búsqueda de nuevos métodos de evaluación que permitan una mayor precisión en la detección de zonas pobladas con cáncer. Un nuevo procedimiento que augura excelentes resultados consiste en medir el flujo sanguíneo dentro de la glándula (normalmente los tumores tienen más vasos sanguíneos) lo que podría ayudar a realizar tomas de muestras más precisas para la biopsia. Un método que se puede formalizar en un futuro muy cercano.