Es una infección de las vías urinarias (tracto urinario) y que se puede producir en cualquier parte del aparato urinario como los riñones, los uréteres, la vejiga o la uretra. La infección de la vía urinaria se puede localizar en la vejiga (cistitis o infección vesical) o alcanzar los riñones (infección renal o pielonefritis). Normalmente, en la mayoría de las veces, la infección de orina es causada por el ingreso de bacterias (la mas común es la escherichia coli) , provenientes de diminutos restos de heces de los intestinos, a la uretra y que luego se desplazan hacia vejiga. Lo común es que la infección se desarrolle en la vejiga, pero, si no es atendida a tiempo, podría extenderse hasta los riñones.
La infección de orina es una enfermedad más frecuente en las mujeres que en los hombres, pero igualmente se les manifiestan las señales como ganas frecuente de orinar, dolor y ardor al orinar (disuria), inconvenientes para aguantar las ganas de orinar, orina con presencia de sangre, turbia y con olor fuerte, la necesidad de levantarse varias veces por la noche, y en algunos casos existencia de fiebre. Cabe destacar que la infección de orina en los hombres es más usual cuando están en una edad mayor a los 50 años.
En comparación con las mujeres, donde la enfermedad no suele superar la del tipo cistitis, en los hombres se considera complicada porque , generalmente, esta relacionada con manipulación urológica o con anomalías funcionales de las vías urinarias; y el tratamiento dura más. Esta enfermedad puede presentarse en los hombres como: cistitis (inflamación de la vejiga a causa de una infección bacteriana), prostatitis aguda (inflamación de la glándula prostática), bacteriuria asintomática y pielonefritis aguda (infección de la vía urinaria superior).
También la infección de orina puede estar asociada a: litiasis (cálculos renales), vejiga neurogénica, coito de inserción anal, problemas prostáticos (pacientes de avanzada edad).
Si la infección de orina no se trata a tiempo y de forma correcta puede alcanzar niveles muy graves de atender. Es por ello que la prevención juega un papel importante en nuestra salud, a continuación presentamos algunos consejos para prevenir infecciones de orina.
Siguiendo unos hábitos de vida saludables nos puede ayudar a prevenir una infección de orina.
La ingesta de agua, de 2 a 3 litros al día, favorece la producción de orina (diuresis) y por ende hará que se orine más lo que generará un efecto de arrastre de las posibles bacterias que se encuentren en las vías urinarias ayudando a la expulsión de las mismas con la propia orina en cada micción. Esta recomendación cobra importancia en tiempo de verano.
Es totalmente contraproducente no ir al baño cuando se siente la necesidad de orinar, aguantar con la vejiga llena lo que hace es facilitar la proliferación de las bacterias. Igualmente se debe expulsar toda la orina, dejar la vejiga vacía, en la micción.
El orinar después de la relación sexual ayuda a limpiar la uretra, expulsando las posibles bacterias que hayan podido ingresar durante el acto sexual.
El sexo anal incrementa, considerablemente, el riesgo de infección de las vías urinarias, porque como anteriormente se comentara, la principal causa de infección de orina son las bacterias provenientes del recto.
Lavar correctamente utilizando jabones de pH neutro, evitar las limpiezas agresivas. Realizar la higiene sobre todo antes del acto sexual, limpiar la región anal y perianal de tal manera de disminuir la cantidad de enterobacterias. Después del acto sexual también se recomienda realizar una limpieza. La vida sexual debe ser saludable.
Ingerir alimentos con suficiente fibras (como frutas) que ayuden al tracto intestinal y así evitar los estreñimientos; ya que, el estreñimiento es una de las causas que predispone al padecimiento de una infección de orina.
Para aquellos hombres que se encuentren en edad de una revisión de próstata es de vital importante examinar esto a tiempo para prevenir posteriores problemas prostáticos que a su vez puedan desarrollar infecciones de las vías urinarias.