Fumar perjudica seriamente las relaciones sexuales, y aumenta peligrosamente el riesgo de padecer disfunción eréctil. Veinte cigarrillos diarios son suficientes para incrementar un 60% este problema. Reduciendo la cantidad de tabaco se minimiza el peligro, pero incluso así la predisposición sigue siendo muy superior a la de los hombres que jamás han dado una calada.
‘Otro motivo más para dejar de fumar’
La explicación a esta relación causa-efecto está causada por la formación de placas de ateroma que impiden que la sangre fluya normalmente por los vasos, y el tabaco ha demostrado en numerosos estudios ser un factor de riesgo en la forma de estas placas que obstruyen las arterias siendo por tanto su influencia negativa para el buen funcionamiento cardiovascular.
La enfermedad coronaria (causa de la angina y el infarto) y disfunción eréctil comparten factores de riesgo muy similares. Sin embargo, los últimos trabajos científicos han logrado establecer la relación directa del tabaco con los trastornos en la esfera sexual independientemente de otros elementos de riesgo como el colesterol, la diabetes o la presión sanguínea.
En un estudio de mas de 4000 pacientes, se llego a la conclusión de que en total, un 14,6% de los participantes padecía disfunción eréctil, un 15% de quienes alguna vez habían probado un cigarro (considerando a fumadores y ex-fumadores conjuntamente) y un 11% de los no fumadores.
Después de descartar la influencia de otros posibles factores, los análisis demostraron que el riesgo de padecer impotencia era un 31% mayor para los fumadores ‘en activo’ que para los hombres sin este hábito. La predisposición de quienes ya habían abandonado esta adicción, habían dejado de fumar, a padecer síntomas de disfunción eréctil era incluso un 35% mayor que la de los no fumadores.
Dr. Bartolomé Lloret
Director Centro Salud Hombre.