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La medicina personalizada, que se basa en el análisis del perfil genético, el estilo de vida y las características individuales de cada paciente para diseñar tratamientos a medida, ha generado grandes expectativas en el ámbito de la salud. Este enfoque tiene el potencial de mejorar drásticamente los resultados médicos, al ofrecer terapias más precisas y menos efectos secundarios. Sin
embargo, también ha surgido un debate sobre si la medicina personalizada podría convertirse en una “medicina para ricos”, es decir, un lujo accesible solo para quienes puedan costearlo, exacerbando las desigualdades en el acceso a la atención médica.
Uno de los principales retos de la medicina personalizada es el costo. Las pruebas genéticas, el desarrollo de medicamentos específicos y los tratamientos a medida pueden ser extremadamente caros. Actualmente, el precio de algunas terapias personalizadas, como ciertos tratamientos oncológicos o el análisis del genoma completo, está fuera del alcance de muchas personas. Este elevado
costo de entrada ha suscitado preocupaciones de que la medicina personalizada se convierta en un privilegio para las élites económicas.
Además, los sistemas de salud públicos y muchos seguros privados no siempre cubren estos tratamientos avanzados. Si bien algunos países están implementando programas para ampliar el acceso, la cobertura sigue siendo limitada en muchos casos, dejando a una gran parte de la población sin la posibilidad de beneficiarse de estos avances.
Otro factor que podría limitar el acceso a la medicina personalizada es la brecha tecnológica. Las infraestructuras y los recursos necesarios para implementar estos tratamientos no están igualmente distribuidos en todo el mundo. Los países desarrollados, con sistemas de salud más robustos, son los principales beneficiarios de estos avances, mientras que en muchas naciones en desarrollo el acceso a pruebas genéticas avanzadas o tratamientos innovadores es limitado o inexistente.
Asimismo, incluso dentro de un mismo país, puede haber disparidades geográficas. Las personas que viven en áreas rurales o con menos infraestructura sanitaria pueden tener dificultades para acceder a la tecnología y los especialistas necesarios para recibir este tipo de atención médica.
A pesar de estos desafíos, hay razones para ser optimistas. El costo de las pruebas genéticas y las terapias avanzadas está disminuyendo a medida que la tecnología mejora y se vuelve más accesible. Hace apenas una década, secuenciar un genoma completo costaba cientos de miles de dólares, pero hoy ese precio se ha reducido considerablemente.
Además, algunos gobiernos y organizaciones internacionales están trabajando para garantizar que la medicina personalizada no sea solo para los más ricos. Iniciativas como la medicina de precisión en programas de salud pública buscan democratizar el acceso a estos avances, asegurando que más personas puedan beneficiarse independientemente de su situación económica.
La medicina personalizada tiene el potencial de revolucionar la atención médica, pero su acceso desigual plantea riesgos de profundizar las disparidades existentes. Para evitar que se convierta en una “medicina para ricos”, es fundamental que los avances tecnológicos vengan acompañados de políticas inclusivas que garanticen que todos los pacientes, independientemente de su nivel
socioeconómico, tengan acceso a estos tratamientos. Solo entonces la medicina personalizada cumplirá su promesa de mejorar la salud de manera equitativa.
Si desea más información
Dr. Bartolomé LLoret
Departamento urología hospital Vithas Medimar
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