“Cuidarse es cosa de mujeres”. Tradicionalmente, los hombres han recurrido a esta afirmación falsa para así evitar perder más tiempo o dinero en sus cuidados, y debido a la larga tradición machista de nuestra sociedad.
Afortunadamente, este concepto ha cambiado, y al hombre de nuestros días le gusta cuidarse tanto como a la mujer. Esto es un aspecto muy positivo, ya que además de preocuparse por los problemas de salud generales, que afectan por igual a hombres y mujeres; existen otros tantos de los que solo ellos son los protagonistas. Te ponemos algunos ejemplos:
– Calvicie Común.
Científicamente llamada “Alopecia Androgenética”, es uno de los problemas que afecta a un mayor número de varones. De manera espontánea, el folículo piloso se va debilitando, hasta desaparecer. La mayor de sus causas reside en los genes, tratándose, desafortunadamente, de un proceso irreversible. Por ello, no existe cura como tal, si bien se puede recurrir a tratamientos preventivos como la ingestión de vitaminas y champús que fortalezcan el cabello; o al trasplante, donde se inserta pelo natural de otras zonas de la cabeza del individuo, en aquéllas donde ha desaparecido.
No obstante, la solución más sensata consiste en no considerar esto como un aspecto estético negativo, ya que, por fortuna, hoy en día, la calvicie se presenta en muchos casos como sinónimo de atractivo: no hay más que ver cuántas personas jóvenes se “rapan” la cabeza para conseguir esta imagen; así como presenta innumerables ventajes en cuanto a su comodidad.
–La barba.
La barba, uno de los componentes del físico masculino más característicos del mismo, compuesta por más de veinte mil pelos, y, para muchas mujeres, un indicativo de masculinidad y atractivo. Aunque el tejido sobre el cual reside la barba es ligeramente más grueso que el resto de los del cuerpo, requiere un atento cuidado, pues como el resto de la piel del organismo, puede presentar sus mismas alteraciones. La mayoría de estas tienen como causa principal el acto del afeitado. Cuando se realiza un afeitado en sentido contrario del nacimiento del pelo (a contrapelo) o se busca un afeitado extremo, se produce un traumatismo mecánico sobre la piel (sobre todo sobre la zona del cuello, con un tejido más sensible), que hace que hongos y bacterias aprovechen para introducirse en ella e instalarse en sus folículos pilosos, produciendo así foliculitis de la barba (inflamación de sus folículos) o alopecia areata (zonas de la barba donde cesa el crecimiento del pelo). Como medida preventiva, recomendamos no realizar el afeitado en la dirección mencionada, así como utilizar jabones o espumas que hidraten y reblandezcan el pelo, y que, a ser posible, contengan sustancias antisépticas. Cuando no se dispone de ningún tipo de crema, es aconsejable mojar la cara con agua caliente. Afeitarse más frecuentemente, pero de una manera más ligera es otra buena opción; también considerar el medio que mejor se adapta a nuestro afeitado (maquinilla o cuchillas), y en el caso de elegir a estas últimas, utilizar una nueva en cada afeitado, ya que así se reduce el traumatismo.
– Prostatitis.
La próstata es un órgano que requiere un atento control por parte del hombre. Además de diversas patologías más graves que se deben prevenir, un trastorno bastante común en los hombres es la aparición de prostatitis agudas puntuales.
Esta consiste en una inflamación de este órgano, como consecuencia de una infección de la vejiga, que se trasmite por la vía urinaria. Corresponde a la cistitis, o coloquialmente conocida como “infección de orina” en mujeres; y aunque se presenta en mucha menor proporción que en éstas, puede resultar bastante molesta cuando aparece; así como es conveniente erradicarla del todo una vez que se establece en nuestro cuerpo, ya que, de lo contrario, puede provocar una prostatitis crónica, con síntomas más peligrosos.
Cuando notes que sientes ganas de orinar demasiado frecuentes, que estas permanecen una vez después de haber orinado, o que te escuece y sangra tras esto; te aconsejamos que acudas a realizarte un examen de orina. Una forma cómoda, fácil y rápida de comprobar si has adquirido este trastorno. En caso de que así fuera, el tratamiento es muy sencillo, consistente solo en la ingestión temporal de antibióticos.
Para prevenirlo, se aconseja no llevar prendas íntimas demasiado húmedas o sudadas por mucho tiempo (bañador, ropa de deporte, etc.), así como no realizar en exceso prácticas de ciclismo. Además, factores psicológicos como el estrés o la ansiedad, pueden influir en su aparición, con lo que recomendamos (y qué mejor momento que ahora, en vacaciones) una vida lo más tranquila y relajada posible.
– Varices.
Tradicionalmente, al igual que otras muchas patologías, se ha atribuido la aparición de varices a solamente mujeres. Ésta es otra afirmación falsa. Pues las varices aparecen igual en mujeres que en hombres, con la única diferencia que los hombres no suelen prestar atención a ellas hasta que no les duelen (edad más avanzada), y las mujeres acuden rápidamente al médico tras su primera aparición, preocupadas por su aspecto estético.
Las varices, se producen cuando una vena, consecuencia de su aumento de presión, se dilata, de manera que la sangre que circula por ella altera su función y desborda; dando así lugar a calambres, rojeces, manchas en la piel, pesadez de piernas, hinchazón de tobillos, y en los casos más graves, trombosis, sangrado y estallido de la variz.
Las varices aparecen normalmente con la edad y debido a la componente genética de cada persona, aunque bien es cierto que factores como estar mucho tiempo de pie, o el calor, influyen en su aparición.
En el caso de varices de pequeño calibre, estas se tratan con fármacos flebotónicos (que a pesar de que no las hacen desaparecer, calman las molestias que causan), mientras que las grandes varices solamente pueden ser curadas mediante cirugía. Si este último, es tu caso, no te preocupes, pues se tratan de operaciones muy sencillas.
No obstante, te proporcionamos unos cuantos consejos a los que puedes recurrir para prevenir la molesta aparición de varices.
– Realiza actividades físicas a menudo, ya que al mover tu cuerpo, activas la circulación de la sangre.
– No estés demasiado tiempo de pie (en caso necesario, rota los tobillos frecuentemente) ni con las piernas cruzadas, intenta sentarte con éstas separadas o rectas, ya que de lo contrario, la circulación se corta y se estanca.
– No uses fajas o vendas, ni ropa demasiado apretada (sobre todo en las piernas), que impide el correcto flujo sanguíneo de tus venas.
– Intenta evitar el calzado extremadamente alto o plano.
– Evita exponer las piernas a altas temperaturas.
– Procura no fumar, y llevar una dieta rica en fibra que evite el extreñimiento.
– Andropausia.
Por último, nos toca hablar de la ”menopausia masculina”. Para todos aquellos que piensen que solo es cosa de mujeres, aquí te lo desmentimos.
Los hombres también sufren las consecuencias de la involución hormonal de sus cuerpos. Como consecuencia de una disminución de los niveles sanguíneos de testosterona, el hombre empieza a sufrir encanecimiento del pelo, arrugas, alopecia, cansancio, irritación, insomnio, problemas prostáticos, disminución de la fuerza y problemas con la erección. Afortunadamente, en los hombres esta “menopausia” aparece alrededor de quince años más tarde que en las mujeres, cerca de los 55 años de edad y además, esto no les impide continuar teniendo descendencia.
Si bien es cierto, que esta cuestión es ley de vida, y contra la que no se puede hacer nada, sí se pueden tomar medidas que la retrasen, entre ellas: evitar el consumo de alcohol, tabaco y drogas; así como evitar el estrés y controlar enfermedades como la diabetes o la obesidad.