El cáncer de testículo es un tumor poco frecuente en el que las células malignas están en el interior de uno o ambos testículos. En los testículos se fabrican los espermatozoides y las sustancias que caracterizan a los hombres (hormona masculina). Este tumor es el cáncer más frecuente entre los 15 y 35 años de edad. Los varones a los que el testículo no les bajó a la bolsa (criptorquidia) tienen mayor probabilidad de presentar un cáncer de testículo que los hombres a los que les bajó antes del nacimiento.
Es recomendable que todos los hombres se hagan una palpación periódica de los testículos con la finalidad de encontrar zonas anormales sospechosas de albergar un tumor. En este caso se debería consultar un urólogo que luego de realizar una exploración manual, solicitará una ecografía (foto del interior del testículo) para certificar el diagnóstico. Se debe realizar además una tomografía computada (scanner) para diagnosticar extensión del tumor a los ganglios retroperitoneales o a otros órganos como por ejemplo el hígado. Se medirán además los niveles en sangre de unas sustancias que se denominan marcadores séricos (beta HCG, alfafetoproteína) que si están elevados, son muy importantes para detectar tumores ocultos en otras zonas del cuerpo.
El tratamiento inicial será siempre la extirpación del testículo que tiene el tumor (orquiectomía). Si hay tumor que se extendió a los ganglios o a otros órganos, se realizará quimioterapia (medicamentos que se inyectan en una vena y que eliminan las células malignas). En algunos cánceres de testículo como es el seminoma, la radioterapia puede ser de utilidad para el tratamiento del tumor. La extirpación del tumor se realiza a través de una incisión (corte) en la ingle del mismo lado en que está el tumor. Cuando se debe realizar un tratamiento con quimioterapia muy agresiva, puede ser necesario la realización de un trasplante de médula para intentar disminuir los efectos adversos del tratamiento sobre las células de la sangre (glóbulos blancos, glóbulos rojos y plaquetas). El cáncer de testículos es uno de los tumores con mayor porcentaje de curación del organismo.
Si consideramos el tratamiento según el tipo de célula que se encuentra en el tumor, si es un seminoma, el tratamiento probablemente será extirpación del testículo y posteriormente radioterapia externa. Si por el contrario el tipo de célula es un no-seminoma, después de la extirpación del tumor probablemente se realice la extirpación de los ganglios retroperitoneales o se aplique quimioterapia. Es muy importante que los pacientes con cáncer de testículo sean controlados cada 2 a 4 meses durante el primer año para detectar precozmente la reaparición del tumor.