La depresión puede anular la capacidad de la persona para disfrutar de los placeres de la vida. No sólo afecta a su mente, también a su cuerpo, en ocasiones de forma inesperada. Como consecuencia, muchos hombres a los que se les ha diagnosticado depresión, sufren además otro problema: disfunción eréctil.
Los estudios demuestran que la probabilidad de que se produzca algún grado de disfunción eréctil en el hombre deprimido, oscila entre el 60% y el 90%, dependiendo de la gravedad de la depresión. Aunque superar la depresión puede ser una tarea lenta y difícil, la recuperación no tiene por qué verse complicada por los problemas de erección. Por este motivo, es fundamental que ambos componentes de la pareja estén bien informados sobre la disfunción eréctil, de forma que puedan tratarla si llega a producirse.
La mayoría de los pacientes con depresión que padecen disfunción eréctil, encuentra un tratamiento efectivo, independientemente de que el origen de esta disfunción sea su patología o la medicación prescrita.