A los 2 años de edad a 93 de cada 100 niños se les escapa la orina durante la noche. A los 4 años se les escapa a 20 de cada 100, a los 7 años a 10 de cada 100 y a los 8 años de edad a 7 de cada 100. El escape de orina nocturno puede ser la manifestación de otros problemas tales como la infección de orina o alteraciones intestinales. Ya que en muchas ocasiones el escape de orina desaparece sin tratamiento, se debe ser muy paciente y comprensivo con estos niños.
Sin embargo, después de los 6-7 años el escape nocturno puede ocasionar problemas sociales. En algunos casos, solamente limitando la ingestión de líquidos durante la noche y haciendo que el niño se levante para orinar se puede solucionar el problema. Si persiste el escape se deben realizar tratamiento psicológico o con medicamentos.