Además del tratamiento y dieta oportunas para cada caso, hay algunas normas generales que pueden ser muy útiles e incluso suficientes para evitar la formación de los cálculos:
- Lleve a cabo una ingesta de líquidos suficientemente equilibrada. Consuma entre 1 y 2 litros al día para mantener una dilución óptima de sales en la orina como el fosfato, asegurando un pH adecuado y siendo más dificultosa la cristalización. Una abundante ingesta de agua favorece la rápida circulación de orina, algo imprescindible para prevenir y controlar futuras infecciones.
- Consumo controlado de lácteos. Consumir productos lácteos es necesario para desarrollar correctamente la estructura ósea, pero ingeridos en exceso es el hueso los deshecha se elimina a través de la orina, provocando una saturación de fosfato y facilitando la aparición de cálculos.
- Evite las infecciones urinarias. En mujeres, algunas recomendaciones para prevenir las infecciones de orina son algunas como: evitar ir estreñido, no retener la micción, eliminar hábitos sedentarios y vaciar la vejiga antes o al finalizar de las relaciones sexuales.
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