El tamaño del pene siempre ha sido motivo de preocupación en el varón y, a través de la historia, se ha asociado el tamaño del pene a otras virtudes tales como la fecundidad, vigor o bien relacionarlo a la longevidad de la propia vida tal como se produce aun hoy en día en Korea donde se asocia la longevidad de la vida al tamaño del pene y su retracción, proceso normal con el avance de la edad, es señal de vejez y un acercamiento a la muerte. Este suceso, conocido científicamente como síndrome de Koro, consiste en estirarse el pene para que este no se retraiga y así garantizar al varón más años de vida.
El Síndrome de Koro procede de Korea en la cual las personas mayores tienen la creencia de que así como se retrae la cabeza de la tortuga y desaparece en su caparazón, se retrae el pene y desaparece donde el resultado final es la muerte. En la sociedad occidental, en estos últimos 10 años, han aparecido motivos de demanda por parte de los varones de cirugías y tratamientos para la elongación del pene. Ello es producto del culto a la imagen y la mitificación del sexo y de los órganos sexuales: volvemos por lo tanto al pensamiento de la antigua Roma donde el falo era un talismán signo de masculinidad.
En la era antigua, la posibilidad de alongar o variar el tamaño del pene se basaba esencialmente en el empleo de artilugios a base de pesas que se hacían suspender del pene para crear una continua tensión sobre el mismo. Bien cierto es qué este método lograba un aumento del tamaño del pene; sin embargo, la eficacia era muy limitada, reversible y no provocaba una elongación verdadera.
Hoy en día, sin embargo, existe la posibilidad, mediante la cirugía del ligamento suspensorio del pene, conseguir aumentar la longitud del órgano en un promedio de 3 cm. Se Logran ganar hasta 5cm con la aplicación de la elongación ventral del pene o escrotoplastia. La efectividad del procedimiento no solo se basa en el conocimiento de la anatomía y de la técnica quirúrgica sino en la selección del paciente y seguimiento exhaustivo de un protocolo de actuación.
El éxito de una intervención quirúrgica de cirugía peneana no solamente se basa en una buena técnica quirúrgica y el conocimiento de la anatomía del área genital.Lo esencial es seguir un protocolo de actuación y selección del paciente así como el conocimiento por parte del mismo de las limitaciones de la técnica quirúrgica.
Dependiendo de las particularidades del trastorno dismórfico corporal (TDC) del paciente se pueden practicar una u otra técnica quirúrgica de las 3 qué hay disponibles:
Elongación dorsal
Consiste en la denudación total del pene hasta la base del mismo con sección del ligamento suspensorio del pene y de los ligamentos fundiformes y fijación del mismo con puntos con vicryl 3/0 con el pene en tracción máxima por parte del ayudante. En esta técnica quirúrgica se consigue un aumento de hasta 3cm. de longitud dorsal.
Escrotoplastia
Consiste en la sección en forma de rombo del exceso cutáneo de la zona peno escrotal, con esto se consigue retrasar el ángulo penoescrotal y a su vez aumentar el tamaño ventral del pene. Con esta técnica quirúrgica se logra mejorar la capacidad de penetración al retrasar la angulación penoescrotal y aumentar hasta 5 cm la cara dorsal del tronco peneano y aumentar la pendularidad peneana.
Lipectomía suprapúbica
Se añade la lipectomia cuando existe un exceso de grasa suprapúbica que produce un hundimiento del pene en la base del mismo. De esta forma se consigue exteriorizar parte del pene péndulo y mejorar la estética del área genital.
Es muy importante que el paciente siga los consejos del cirujano:
Segunda fase
deberá emplear durante un periodo no inferior a tres meses el alegador de pene para asegurar la longitud conseguida durante la cirugía.
Posibles complicaciones