No es frecuente oír hablar de una enfermedad que dé lugar a que el pene se doble o se incurve; sin embargo, esta enfermedad existe y es mucho más frecuente de lo que la gente puede imaginar. Sus consecuencias son el dolor durante la erección y la incurvación progresiva del pene que en algunos casos imposibilita la relación sexual.
Cuando el paciente se explora lo único que aprecia es una induración (endurecimiento), como un callo debajo de la piel del pene. El paciente que padece esta enfermedad suele venir a nuestra consulta totalmente desorientado pues después de haber consultado internet y haber visitado varios médicos no ha encontrado ni tan siquiera una orientación clara para poder resolver su problema. Después de una búsqueda en la red el 95% de los pacientes no saben el origen de la enfermedad y tampoco el motivo por el cual su pene se esta deformado y mucho menos el tratamiento que deben seguir.
Hasta hace poco tiempo los únicos tratamientos que podíamos ofrecer, a nuestros pacientes, se basaban en administrar complejos vitamínicos ,antiinflamatorios orales o tópicos y poco más. Cuando la deformación dificultaba la relación sexual la cirugía correctora era la única solución a esta desagradable enfermedad.
Actualmente disponemos de dos nuevos tratamientos que si bien no podemos decir que van a solucionar la mayoría de los casos si suponen un gran avance en el tratamiento de esta enfermedad siempre con la esperanza de poder evitar la cirugía.
Ambos procedimientos requieren un modelaje posterior para conseguir disminuir el ángulo de curvatura.
En los casos en los que no podemos corregir la desviación la intervención quirúrgica es un método seguro y eficaz para conseguirlo.