La operación consiste en la extirpación de toda la próstata, las vesículas seminales y los ganglios linfáticos localizados en la fosa obturatriz. Este tratamiento está reservado para los pacientes que presentan tumor localizado dentro de la próstata (estadio T1 y T2). En estos casos, con la cirugía se puede curar la enfermedad. La operación se puede realizar por vía abdominal (la incisión va desde el ombligo hasta el pubis y es la mas utilizada) o por vía perineal (la incisión se realiza entre los testículos y el ano ( útil en pacientes muy obesos).
Los inconvenientes de la prostatectomía radical son la aparición de impotencia sexual (entre 30 y 100% de los casos según las diferentes publicaciones) e incontinencia urinaria (entre 0.5 y 8% de los casos). Pueden presentarse además otras complicaciones como son la estrechez de la sutura que se realiza entre la uretra y la vejiga o tromboembolismo de pulmón (obstrucción de las venas del pulmón por coágulos desprendidos desde las venas de las piernas o de la pelvis).
Se deben mantener relaciones sexuales (1-2 veces) los dos días antes de la operación. Con ello se logran vaciar las vesículas seminales (que se extirpan junto con la próstata), lo que facilita mucho la operación.
La próstata se encuentra en estrecho contacto con la parte final del intestino grueso (recto) por lo que se puede producir la apertura del mismo durante la operación. Por ello se debe realizar la limpieza del recto eliminando las materias fecales que hay en su interior. Existen varias formas de preparar el recto, con enemas (lavativas) o con soluciones osmóticas que se ingieren por boca como la FosfosodaÒ o la solución evacuante Bohm.
En caso de realizar la limpieza intestinal con soluciones osmóticas generalmente se hace la tarde anterior al día de la cirugía (hora 15-16). El paciente tendrá diarrea abundante por lo que debe ingerir 2-3 litros de líquidos en general (agua, refrescos, zumos, infusiones, etc). La cena debe ser frugal (tortilla francesa, quesos, algo de pan, yogurts y líquidos).
Se debe mantener ayuno en las 6 horas previas a la operación. No se debe ingerir ni agua. Por ejemplo, si la operación es a las 9 de la mañana, a partir de las 3 de la mañana no se debe ingerir nada. Si la operación es a las 15 horas, se puede desayunar muy ligero (café con leche o té y una tostada) antes de las 9 de la mañana y desde esa hora no ingerir nada más.
Antes de la operación el paciente debe firmar el consentimiento informado para poder realizar la cirugía. Realice los trámites.
Antes de la operación el paciente será visitado por un anestesista quien realizará un interrogatorio médico y un examen físico con la finalidad de detectar patologías que puedan ser de importancia en el acto operatorio. El anestesista prescribirá medicación preoperatoria para sedar al paciente.
Inmediatamente antes de la intervención se aplicará una dosis de antibióticos para evitar la aparición de infecciones y un anticoagulantes para evitar la aparición de coágulos que puedan producir trombos al pulmón.
En ocasiones, ya en el quirófano se le colocará al paciente un catéter en la columna vertebral (catéter peridural) que sirve para administrar directamente calmantes para evitar el dolor post-operatorio. Este catéter se retira habitualmente uno o dos días después de la operación, aplicándose los calmantes por vía intravenosa, intramuscular o por vía oral.
El paciente permanecerá ingresado entre 5 y 7 días por término medio, si no aparece ninguna complicación.
Durante la operación se coloca una sonda en la vejiga que se mantiene entre 10 y 21 días, por lo que el paciente es dado de alta con ella. Existen unas bolsas colectoras de orina que se llevan atadas a la pierna y que permiten que el paciente se movilice (salir de casa) sin que se vea que lleva una sonda.
Antes de retirar la sonda se debe realizar una radiografía colocando liquido de contraste en la vejiga (cistografía retrógrada) con la finalidad de comprobar si existe salida del liquido fuera de la vejiga (extravasado). Si se observa salida de líquido, la sonda se debe mantener por más tiempo. Dos días antes de retira la sonda y tres días después se deberán tomar antibióticos para evitar la aparición de infección de orina.
El paciente se debe continuar aplicando la medicación anticoagulante hasta 15 días después de la operación.
Mientras se encuentra ingresado, el médico le enseñará unos ejercicios que consisten en la contracción de los músculos del ano (ejercicios de Kegel) que realizará unas 10 veces cada hora y que continuará haciendo después del alta y hasta que no presente escape de orina (entre 4 y 8 semanas).
Al retirar la sonda el paciente muy probablemente presentará escape de orina. Por ello deberá llevar pañales o compresas (dependiendo de la importancia del escape). Generalmente en pocas semanas se logra controlar el escape aunque en ocasiones se debe llevar una pequeña compresa por seguridad. La incontinencia puede persistir hasta unos 6 meses. La posibilidad que quede definitivamente una incontinencia importante es menor de uno cada cien pacientes.